Interesante resulta la arquitectura popular del casco urbano, con casa que se remontan al siglo XVI, dotadas de grandes portales adintelados y salientes aleros. El clásico estilo renacentista aragonés se da con profusión en las calles de Belver.
El topónimo equivale a "torre de señales o castillo". Dentro del término municipal hubo dos poblados de origen ilergete: Ficena y Orsuyera documentados en 1.089, durante la fijación de límites del reino de Monzón. Tras la llegada del Temple (1.143), pasaron a engrosar la encomienda monzonera, dentro de la jurisdicción de su subalterna Chalamera. Ambos poblados quedan suprimidos cuando los templarios decidieron fundar Belver de Cinca, teniendo la singularidad de contar con acta de nacimiento, fechada el 2 de septiembre de 1.240.
La iglesia parroquial, con empaque de fortín, está dedicada a la Asunción de Nuestra Señora y es un edificio gótico-aragonés del siglo XVI, que presenta abundantes reformas posteriores. La portada es renacentista, fechada en 1.592. El interio, de una sola nave, se cubre con bóveda esterllada. La torre campanario se levanta cuadrada en sus dos primeros cuerpos, mientras que el tercero es octogonal, con cuatro garitas angulares y gárgolas.
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